martes, 26 de mayo de 2009

Una nueva amistad


La primera vez que llegué a tu despacho todo era oscuro, frío. Esta sensación cambiaba conforme avanzaba a lo largo del pasillo. Ya antes de atravesar tu puerta se intuía un hilo de luz, de virtud.

Yo me hallaba sumido en un nihilismo persistente y cansino. Las purificaciones del alma son buenas, pero hay que tener cuidado de que no resbale "la esencia" por el sumidero infinito de las ideas (incluso Nietszche lo sabía). Fui a pedir consejo, orientación, ánimo o no se el qué. Sentía toda mi energía concentrada en un punto, "a punto" de estallar. 

Algo vi en ti al poco de que subieses a la tarima que me situaba ante el brillante pomo. No se exactamente que fue. Quizá tu claridad en las explicaciones, tal vez las palabras que cruzabas antes y después de cada clase; yo creo que algo mas sutil. 

Respiré hondo. Llamé. Pasé. 

Desde entonces, lo que se inició como un acto de valentía, se ha convertido casi en una costumbre, una visita diaria. Un hábito estimulante donde cada entrevista aprendo algo más ("a subir bajando", "a darme cuenta de que un hombre lleno sólo de si mismo está vacío", "a eliminar clichés"...), en definitiva, a crecer como persona. 

Hay cosas que trascienden el mundo de las palabras, incluso el de las ideas. El sentimiento de gratitud es algo que no se expresa del todo nunca. En cualquier caso, gracias.

Por último, asegurarte que siempre podrás contar conmigo, pues me voy a permitir el lujo de considerarte una nueva amistad. Un abrazo:

Valero

Dejarse llevar


Siempre había pensado que todo se podía medir, contar, pesar, ... sin embargo, me he dado cuenta de que no todo se basa en formulismos. Hay cosas sinceras, llenas de encanto y "simplejidad", elementos que guardan una magia mas antigua que el hombre y mas actual que la última de las noticias;  arriesgados, llenos de emociones y sobretodo de miedo.

El miedo: esa sensación ante lo desconocido. Ser hoy en día un aventurero resulta caro. La aventura implica un descubrimiento, una experimentación que se hace casi imposible en este mundo creado por y para el consumo. Ser pionero en algo en un mundo "globalizado" significa ser un creador, un artista de los sentimientos, un visionario de las experiencias que paga el billete del miedo hacia un lugar desconocido. No siempre estamos dispuestos a satisfacer tan costoso billete.

En cualquier caso, yo si estoy dispuesto a arriesgar apostando por ti. Espero que me disculpes, y que veas que solo he querido hacer un pequeño alto en el camino, un descanso emocional que me permita disfrutar contigo sin la ebriedad sentimental que estaba. Tenia que superar esa sensación de ingravidez ante el precipicio del "dejarse llevar", pues uno de esos miedos es a  darlo todo por alguien. Necesitaba darme cuenta de que un hombre lleno sólo de si mismo, es un hombre vacío. Tu decides:

Valero

domingo, 24 de mayo de 2009

El reloj de arena

Siete y media de la mañana; hielo en los cristales; hilo de luz en el horizonte, preludio de un día luminoso pero gélido. Abro mi cuaderno de notas, cojo el bolígrafo, e iluminado tenuemente por los tungstenos me dispongo a escribir una confesión, no se de qué.

Miro alrededor y encuentro algo que siempre está ahí, los recuerdos: unas fotos, algún texto... cosas materiales o inmateriales, esqueletos de historias que fueron, que son, que formarán parte de otras que aún se están tejiendo y serán, testigos que clavan sus miradas en mi nuca.

Todo lo nuevo tiene un lacado especial, un atractivo brillo, un perfume característico a plástico recién desembalado que al poco se van, quedando la esencia de lo que realmente es.

Estos olores se van mezclando para dar lugar al recuerdo y pasar a formar parte de nuevos ítems de mi colección particular, iluminados por la lamparita de mi mesilla.

Sin embargo, hay cosas que parecen albergar la magia, el misterio, algo especial que provoca que cada vez que se gira la cabeza, plantando cara, enfrentándote al pasado; hacen que tu pupila se centre en ello y se dilate, que tu cerebro recuerde el primer instante, el perfume a no gastado, y piensas: "ojala pudiese dar un giro, una vuelta al reloj de arena, que me volviese a poner en el momento de desembalaje, con la sonrisa en la boca y la ilusión cargada".

Siempre quedará ese olor en mi memoria, siempre permanecerá tu aroma en mi cuello, tu sonrisa en mi mirada.

Valero

sábado, 23 de mayo de 2009

Querido ego:


Después de mucho cavilar he llegado a la conclusión de que debemos darnos un tiempo. 

Está claro que siempre hemos sido inseparables, hasta el punto de tener que reservar mesa para dos cuando cenábamos juntos. Me ha encantado compartir contigo tantos momentos, llenos de independencia, sonrisas gratuitas... 

Si bien, esto ha supuesto un consumo enormemente importante para nuestras economías en crisis, duplicando nuestros gastos; y he decidido cortar por lo sano. Sé que este va a ser un paso duro para ambos. En cualquier caso, esto no es una ruptura definitiva. Yo siempre estaré ahí cuando tu lo necesites, y espero que tu también lo estés.

Siento que todo haya sido tan rápido y repentino, pero era algo que desde hace tiempo quería decirte. Esperando que me comprendas y no me guardes rencor, un beso:

Valero

miércoles, 13 de mayo de 2009

Miércoles 13


Ayer fue un dia de fracaso. Es una sensación que hacía tiempo que no experimentaba. Ha sido duro el redescubrir ese tipo de sentimiento. Al menos me queda el pensar que es un fracaso bien merecido, pues cuando uno no hace nada por algo, y lo consigue... acaba cayendo más tarde o más temprano sobre la conciencia (maldita conciencia, tengo que seguir entrenándome en su soborno); y lo que es peor, acaba sin dar sentido a las cosas.

Por otro lado, tras un fracaso dentro de un campo de éxitos, uno se plantea cuál es el mejor camino. El de la lucha contínua, el esfuerzo, el tesón, la templanza y la virtud; o el rápido y fácil pero insípido. Aún estoy decidiendo...

Sólo me queda pensar en una frase "Aprender a subir bajando". Suerte a todos:

Valero

lunes, 11 de mayo de 2009

Lunes


Lunes, una semana nueva comienza. Este finde que ya quedó atrás sirvió para aclarar cosas y romper esquemas. Al fin todo está cerrado, o al menos semicerrado (pues siempre conviene dejar un espacio para la improvisación). 

Cada día que pasa encuentro algo nuevo, la mayoría de las veces bueno, en tí. Eso me gusta. Es importante ir descubriendo partes de un todo que nos compone. "Yo creo que el individuo no es un plano, es un poliedro; naturalmente según incida en una cara, en un vértice o en una arista de este poliedro, el arco que refleja es válido, complejísimo; y de un color o varios colores; si bien no es menos cierto que existe un denominador común" como dice Cela. Y en este caso particular, ese denominador común, que yo voy a llamar esencia, es buena.

Ha sido un lunes algo cansado, o mejor dicho, está siendo (pues todavía no ha terminado, y aún no se si entran en mi menú de esta tarde las clases particulares de matemáticas a una nueva alumna, o el verme una tarde más con mis compañeros de pintura. En cualquier caso, y desde el cansancio que me acompaña después de las más de dos horas diarias de tren, espero aprovecharlas y sacarles todo el jugo, el máximo partido.

Descuento horas, minutos y segundos para que llegue el ecuador de esta semana, y poder compartir contigo algo más de mi espacio.

Besos para todos los que se dejen besar, para el resto, sólo tengo abrazos: 

Valero

viernes, 1 de mayo de 2009

Sueños entre el sueño...


9 horas 38 minutos a.m. Suena la indómita señal del microondas que preludia un día abrupto, largo, cansino, repleto de experiencias por explotar, sensaciones quizá apasionantes que me esperan tras esa puerta que miro con recelo al lograr levantar mi cráneo de los cereales de oferta.

Fuera todo está gris. Es un gris neutro, maestro, que ilumina los cuerpos calientes y los deja indefinidos, como un contraluz constante, creando un velo de serenidad sólo interrumpido por el continuo movimiento que se aprecia al arrojar la mirada desde la ventana. Cabezas indefinidas como agujas de alfileres en procesión hacia ningún lado, con precisión suiza y disciplina hormiguilesca.

Realmente esto último ellos no lo saben. A mi me gustaría pensar que no pienso en ello tampoco, no saberlo. Pero quién sabe, lo mismo las preguntas diarias, como el estigma de un torturado por la gota, logra cavar un surco en nuestra mente hasta alcanzar una idea maestra, una llave que abra puertas y ventanas; de la cual hasta el propio Nietzsche se sentiría orgulloso.

Sin más preámbulos, me dispongo a coger ese personaje tan cuidadosamente diseñado en un principio, que ha acabado en obra única y personalista, improvisada a veces pero siempre ávida de pasiones, para añadirme a ese río de gente que llamamos sociedad, con la que "avanzamos". 

¡Hacia la aventura de un nuevo día!