tus ojos, armas de metralla,
bocas felices que huelen a cazalla.
Los buenos días, las tardes frescas
sabanas frías, rocas mojadas
sal en el cuerpo, pisar la playa
hacer espuma, meterse al agua.
Me cuentas historias de aventuras
mordiendo el polvo con tus uñas,
piensas en la compra de mañana;
en el mercado, déficit de banana.
El pelo tapa tu mirada,
esa sonrisa aguda y descarada,
gestos sencillos aprendidos de canallas,
calor en las manos, corazón en llamas.
Los nuevos curros, las viejas glorias
los días tristes, ¿las nuevas novias?
Pájaros sencillos que vomitan sueños.
Cazador de liebres, puedes con ellos.
Valero